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13 de abril de 2019 às 17:03 23 views ▽ Giana Nguyen Garamont
1. xladiegiana 13 de abril de 2019 às 17:03OCC. Ayer por la subasta ya no devolví rol xD jaja ya les firmo 2. xladiearleth 14 de abril de 2019 às 00:14Una sonrisa se asomó en el rostro de la marroquí por haber ayudado a Giana. 3. xladiearleth 14 de abril de 2019 às 15:29Leth rió por la contestación de Giana. Nunca le había gustado la medicina,creía que esa carrera no era para ella debido a que debías ser una persona bastante fría y de ocultar los sentimientos llegado el caso de que ocurriera algo grave con un paciente. 4. xgentlemanfrancis 15 de abril de 2019 às 14:04Ooc. Te dejo un rol no muy bueno, si tienes algo mejor, sabes que eres libre de dejarlo 5. xladiedaritja 15 de abril de 2019 às 16:40El día pintaba estupendo a pesar de tratarse del inicio de la semana. Daritja había dormido hasta tarde aquel Lunes, pasándose por alto un par de clases matutinas debido a la falta de entusiasmo que le embargaba el cruzarse con príncipes y princesas malhumoradas debido a una fuerte resaca. Y es que la noche anterior se había celebrado la primera subasta Real durante un baile de gala, al cual por cierto la rubia tampoco había preferido asistir alegando a sus conocidos poseer un resfriado que le imposibilitaba levantarse de la cama. Simplemente Busset no mantenía animo para presentarse a pesar de la curiosidad que le embargaba descubrir quienes serían los subastados/as y si alguno valía lo suficientemente la pena para desperdiciar unos miles de dolares. Así que aquella noche terminó encerrada en su habitación, fingiendo una enfermedad que nunca tuvo y viviendo el baile desde la pantalla de su celular con las fotografías e historias que sus amigos publicaban en Instagram hasta el instante en el que el sueño la venció. 6. xladiedaritja 15 de abril de 2019 às 16:41No podía decir que se arrepentía de quedarse en cama, porque realmente no lo hacía. Se sentía renovada y la energía que poseía le hizo colocarse una muda adecuada para ir a montar. Había pasado tiempo desde la ultima vez que había montado a otro corcel que no fuese su pequeña Artemisa, una hermosa yegua baya regalo de su padre durante su décimo cumpleaños y que atesoraba en su reino; pero tenía ánimos de cabalgar un buen rato y lamentablemente Artemisa no estaba ahí para ella, así que no tenía otra que escoger a otro caballo, sin embargo, después de pasearse por el establo, no supo a quien escoger. Fue una suerte que entonces que aquella persona cruzará en su camino. Apartando la fusta de su mano se acercó hasta ella, una sonrisa brillante adornando sus labios. |
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