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26 de junho de 2023 às 16:16 34 views
Pero Dobby negó con la cabeza. —Para una elfina doméstica sí que lo es, señor —repuso. Ella volvió a hipar. Los elfos que les habían llevado los pastelitos le —Winky está triste, Harry Potter —dijo Dobby apenado—. Quiere volver a su casa. Piensa que el señor Crouch sigue siendo su amo, señor, y nada de lo que Dobby le diga conseguirá persuadirla de que ahora su amo es Dumbledore. Harry tuvo una idea brillante. —Eh, Winky —la llamó, yendo hacia ella e inclinándose para hablarle—, Winky parpadeó y clavó en Harry sus enormes ojos. Volvió a balancearse ligeramente y luego dijo: —¿El... el amo ha... dejado... ¡hip!... de asistir? —Sí —dijo Harry—, no lo hemos vuelto a ver desde la primera prueba. El Profeta dice que está enfermo. Winky se volvió a balancear, mirando a Harry con ojos enturbiados por las lágrimas. —El amo... ¡hip!... ¿enfermo? Le empezó a temblar el labio inferior. —Pero no estamos seguros de que sea cierto —se apresuró a añadir —¡El amo necesita a su... ¡hip!... Winky! —gimoteó la elfina—. El amo no puede ¡hip! apañárselas ¡hip! él solo. —Hay quien se las arregla para hacer por sí mismo las labores de la casa, ¿sabes, Winky? —le dijo Hermione severamente. —¡Winky... ¡hip!... no sólo le hacía... ¡hip!... las cosas de la casa al señor Crouch! —chilló Winky indignada, balanceándose más que antes y derramando cerveza de mantequilla por su ya muy manchada blusa—. El amo le... ¡hip!... confiaba a Winky todos sus... ¡hip!... secretos más importantes.
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