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22 de março de 2023 às 17:50 50 views
—Tenemos que hablar —dijo Karkarov abruptamente, cuando hubo llegado hasta Snape. Parecía tan interesado en que nadie más entendiera lo que decía, que apenas movía los labios: daba la impresión de ser un ventrílocuo de poca monta. Sin apartar los ojos de las raíces de jengibre, Harry trató de escuchar. —Hablaremos después de clase, Karkarov... —susurró Snape, pero —Quiero hablar ahora, no quiero que te escabullas, Severus. Me has —Después de clase —repitió Snape. Con el pretexto de levantar una taza de medición para ver si había echado en ella suficiente bilis de armadillo, Harry les echó a ambos una mirada de soslayo. Karkarov parecía sumamente preocupado, y Snape, molesto. Karkarov permaneció detrás de la mesa de Snape durante el resto de la —¿Qué es eso tan urgente? —oyó que Snape le preguntaba a Karkarov en un susurro. —Esto —dijo Karkarov. Echando un vistazo por el borde del caldero, Harry vio que Karkarov se —¿Qué te parece? —añadió Karkarov, haciendo aún el mismo esfuerzo —¡Tapa eso! —gruñó Snape, recorriendo la clase con los ojos. —Pero tú también tienes que haber notado... —comenzó Karkarov con voz agitada. —¡Podemos hablar después, Karkarov! —lo cortó Snape—. ¡Potter! ¿Qué está haciendo? —Limpiando la bilis de armadillo, profesor —contestó haciéndose el Karkarov giró sobre los talones y salió de la mazmorra a zancadas. Parecía tan preocupado como enojado. Como no quería quedarse a solas con un Snape excepcionalmente airado, Harry echó los libros y los ingredientes de Pociones en la mochila y salió a toda pastilla para contarles a Ron y Hermione lo que había presenciado.
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