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5 de janeiro de 2022 às 10:29 36 views

Para mi, el 2021, fue uno de los años más difíciles de mi vida. Mi vida dio un giro de 180°, en todos los aspectos. Aunque me pasaron cosas increíbles, también me pasaron cosas feas, pero de todo se aprende.

Dicen que cuando te enfocas solo en las cosas positivas, las cosas negativas, salen siendo menores y cuando te das cuenta, te pasaron más cosas buenas que malas, pero las cosas malas, se sienten tan fuerte, que sientes que tienes la peor suerte del mundo. Hubo momentos en los que así me sentí.

Quizá nadie vaya a leer esto, porque yo siempre escribo mucho, pero me gustaría hacer un resumen completo de lo que fue mi 2021, pero no lo hago para que sepan mi vida completa, si no, como reflexión, para mi misma. 

El año pasado, lo comenzamos súper felices, súper alegres y súper borrachos, recuerdo que nos dormimos como a las 5 de la mañana y a las 7 de la mañana ya estábamos risa y risa, bailando y bebiendo, como si no hubiera un mañana.

El mes de enero comenzó súper bien, pero a finales de ese mes, comenzó el horrible trayecto que jamás pensamos que sucedería. Mi abuelito comenzó a sentirse mal a finales de enero, pero todo era súper leve, lo llevamos al médico y nos dijeron que era dengue, lo tratamos y el "dengue" no desaparecía. Lo vieron varios médicos, todos decían lo mismo, le hacían más estudios y nada.

En este lapso de tiempo, estafaron mal a mi tío, para los que no lo saben, él es una persona especial, es un adulto, pero su pensamiento y manera de ser, es de un niño. Total, perdió miles y miles de pesos, porque como es un niño, cree que toda la gente es buena y terminan jugándole mal. En este tiempo, la tensión en casa era horrible, se sentía una vibra súper fea. Y para agregarle otro prietito en el arroz, falleció una tía.

Cuando vimos que mi abuelito no mejoraba, decidimos ir con un especialista, él rápidamente le detectó qué tenía, le hicieron muchisimos estudios, y ¿Qué creen? ¿Recuerdan la tía que había fallecido? ¡Le detectaron la misma enfermedad a mi abuelito!

Al principio, estuvimos bien optimistas, de que mejoraría y que se pondría mejor, porque no tenía síntomas de nada, solo se sentía mareado por las plaquetas bajas, pero poco a poco, a pesar de llevar el mejor tratamiento, comenzó a sentirse peor y peor. Gracias a su enfermedad, se le provocaron más cosas, tanto qué, su memoria comenzó a verse afectada, es como si no fuera él. Desde ahí, la salud de mi abuelito se fue deteriorando poco a poco, y cada vez, estaba peor y peor, hasta qué, a principios de diciembre se nos puso muy malito. Tan solo recordarlo, me dan muchas ganas de llorar. Fueron días horribles, yo lloraba muchísimo cuando nadie me veía y solo oraba y le rogaba con todas mis fuerzas a Diosito, para que no me lo quitara, para que no se lo llevara. 

¡Gracias a Dios! Se puso mejor, lo dieron de alta y nos lo trajimos a casa. En casa, la cosa no pintó mejor, los siguientes días, fueron demasiado difíciles, porque él ya no tenía esperanzas de nada, y literalmente, se dió. Todo mundo me decía que cuando la gente se da, ya es cuestión de días, porque él no quería comer, no dormía, ni nada.

Poco a poco, él entendió que no era el fin del mundo y que se iba a recuperar poquito a poquito, y que todos nosotros estamos con él. No he dormido desde hace un mes, me salieron unas ojeras horribles, subí de peso, a veces me duelen las rodillas, los pies, la espalda, pero no me importa, porque con tal de que mi abuelito esté bien, yo me puedo sacrificar todo lo que sea.

Actualmente, está mejor. Cada día está mejor. Todavía tiene sus momentos de bajones, pero ya duerme, ya come, ya se levanta solito, ya quiere salir a sentarse a la banqueta a que le dé el aire, ya tiene ánimos de caminar poquito, ya baila, lo hubiéran visto en navidad y año nuevo, pero sí, ya se encuentra de mejor ánimo y ya lucha por sí mismo, junto con nosotros.

En resumen, ese fue lo malo, pero no hay que olvidar las cosas buenas y por eso, voy hablar también de eso, porque las cosas buenas, siempre son más que las malas.

 

Comenzando desde enero, mi hermana y yo, desde finales del 2020, nos pusimos como propósito de año nuevo, ir todos, sí TODOS los domingos a misa. Cada año hacemos lo mismo, pero nunca aguantamos más de dos o tres meses, pero ¿Qué creen? Si en el año, nos perdimos a lo mucho tres o cuatro domingos de misa, se me hace mucho, porque fuimos súper juiciosas con eso. Íbamos hasta cuando no era domingo, en los eventos especiales, en semana santa íbamos todos los días, el día de la virgen, en los novenarios de alguna fiesta e inclusive, íbamos hasta dos veces a misma, los domingos. 

Si ustedes no creen en Dios, o si no van a misa, no critiquen, cada quién actúa según su fe, según lo que hay en su corazón, y mi fe y mi corazón, están con Dios. Y para los que tienen duda, soy católica, e independientemente de si la iglesia está bien o mal, a mi me vale, yo voy a misa y me acerco a Dios, porque eso me hace feliz. ¿Ok?

También, mi prima cumplió 15 años, hubo una fiesta muy divertida, nos reunimos, nos reímos, bailamos, canté, porque sí, fui y le quité el micrófono al que estaba cantando y me aventé New York de Frank Sinatra, a todo pulmón, jajaja. Así de buena estuvo la fiesta, aunque fue de último momento, jajaja.

Mi hermana y yo hicimos nuevas amistades, nos fuimos de viaje por vacaciones, conocimos muchos lugares bonitos, disfruté del viaje como si no hubiera un mañana, e hice muchas, pero muchas locuras. Y cuando pensamos que ahí había quedado, nos volvimos a ir de viaje. Visitamos muchos lugares que no conocíamos, y cuando nos descuidamos, volvimos a viajar, jajaja. Culturalmente, aprendí demasiado y me encantó todo.

Otra cosa muy buena que me pasó, fue qué, comencé a trabajar en un preescolar, me dieron plaza y me salió la base, los que somos maestros, sabemos lo súper importante y bonito que es eso. Mi cartera se llenó de una manera muy interesante, jajaja. Y compré cosas como si no hubiera un mañana, así de loca me volví, tanto, que hasta un refrigerador y un montón de cosas para la casa compré. Jamás pensé que terminaría trabajando en un preescolar, pero me encantó y es demasiado bonito. 

Creo que una de las cosas buenas que también nos pasaron, fue que le detectaron la enfermedad a mi abuelito, creo que nadie sabe lo importante que es esto, porque cuando ya saben lo que tienes, saben dónde atacar y como tratar. Y aunque eso significa que estás enfermo, por lo menos, ya tienes algo que te está ayudando. Y si a eso le sumamos qué, mi abuelito y yo nos hicimos tan unidos, qué, no quería que nadie lo llevara al médico si no era yo. Y a veces, no le hace caso a nadie, y no confía en nadie, más que en mí, y eso es demasiado bello. 

Y al fin de cuentas, el hecho de tener a toda mi familia junta, unidos y apoyándonos unos a los otros, es lo más bonito del mundo. 

Iniciar el año juntos, es lo más perfecto que existe.