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landelrey, blakelively, hs

27 de fevereiro de 2018 às 18:27 34 views

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1. lukimmm 27 de fevereiro de 2018 às 19:47

Que hermosos

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2. xgiselleax 27 de fevereiro de 2018 às 22:40

Al regresar a la universidad tras el incidente, notó que la miraban, más de lo normal. Giselle era modelo, sus fotos aparecían de manera ocasional en revistas o sitios de moda, estaba dentro de la naturalidad de su día que la miraran pero no era por eso... escuchó en el baño, mientras se retocaba el labial que hablaban de la fila prodigio pérdida en alcohol con el mariscal de campo y además, enredada con el profesor Pritzker, un escándalo con todas las letras de la palabra.

Contrario a lo que se creería, disfrutaba negar todo loq je se supusiera entre ella y el castaño, saludarlo con extrema educación entre los pasillos y terminar sentada en su escritorio, con los muslos desnudos, los labios hinchados y el cuerpo caliente de él entre sus piernas.

Esa mañana todo había pasado a segundo plano, el viaje a Florencia, esperado por toda la generación desde el inicio del ciclo escolar estaba ya en puerta; sus mucamas preferidas habían viajado desde su hogar hasta la universidad para ayudarla a hacer maletas, aún que fuera una excursión escolar, Florencia no era cualquier cosa. Tenía las maletas listas, había hecho toda la tarea para estar libre en sus días bajo el sol italiano y justo en ese momento asistía a su última clase.

Entonces la pantalla del celular se encendió, un mensaje de cierta persona guardada como “Sr. Darcy” la invitaba a cenar. Te había guardado así para evitar sospechas, si alguien llegaba a revisar el teléfono.

Tomó el aparato y lo colocó sobre su regazo, bajo el pupitre para responder:
“¿Pasas por mi?”

3. alexandersalvatore 27 de fevereiro de 2018 às 23:19

ADD?

4. xgiselleax 27 de fevereiro de 2018 às 23:40

Había ansiedad por irse en todos los alumnos, faltando una hora para que la clase terminara oficialmente ya nadie ponía verdadera atención al profesor, todos hablaban del vuelo, con quien compartirían habitación y que tan frío sería el clima en Florencia. Quien no hablaba texteaba y quien no hacía ninguno de los últimos simplemente no ponía atención. Así que el profesor se dio por vencido y los dejó salir.

Aquello le vino de maravilla a la rubia, sin despedirse ni detenerse se encaminó al estacionamiento de alumnos y salió disparada a su departamento. Llegando ahí, se retocó el peinado y el perfume, se puso el característico labial sabor a cereza y cambió sus tiernos jeans por un vesrido tinto de manga larga, por encima de la rodilla. Zapatillas de diseñador a juego y su perfecta sonrisa.

Para cuando tocaste la puerta no había rastro de la estudiante, ni libros, ni mochila... nada. El departamento estaba en perfecto orden y olía a limpio, combinado con esencia de lavanda, como siempre.

Al verte un brillo le recorrió los ojos, algo se le alborotó en el estómago y sonrió de manera tierna — Hola... — murmuró tomando las flores y mirándolas con detalle cuando te alejaste, no eran rosas, era diferente y le encantó. — Pasa, voy a ponerlas en agua — se hizo a un lado para dejarte pasar y se dirigió a la cocina por un florero y agua. Últimamente esa era rutina constante, Ed la llenaba de flores siempre que podía.
— ¿Que tal tu día? ¿Me extrañaste?

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