5 de outubro de 2022 às 15:25
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Nos quedamos dormidos en un mundo y despertamos en otro.
De repente Disney quedó sin magia, París ya no es más romántica, Nueva York ya no se para erguida, la muralla china no contiene y la Mecca quedó vacía.
Los besos y abrazos se transforman en armas y dejar de visitar a nuestros padres y amigos es un acto de amor.
De repente nos damos cuenta que el poder, la belleza y el dinero no sirve para nada y no garantizan el oxígeno necesario para sobrevivir.
El mundo sigue su curso y es precioso. Solo enjaula al humano.
Pienso que nos está dando un mensaje:
“No sos necesario. Sin vos, el aire, la tierra, el agua, y el ciclo están bien. Cuando regreses, recuerda que sos mi invitado. No mi dueño.”
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