andreiovsyannikov_du

27 de agosto de 2014 às 21:34 22 views

❖ | Scarleth Borwell | Humana | 21 años | Megan Fox

¿Como le llaman los hombres a una mujer así? o cierto, le llaman que esta “buena”, pero cuidado hombres el que este buena no quiere decir que sea buena. Scarleth llego a Sleepy Hollow hace unos meses. Lo que la trajo fueron las buenas nuevas de lo que estaban a punto de ocurrir. Es una mujer si, sexy y sabe como manejar aquellas curvas que lleva moviendo. Ella al principio parece alguien insignificante, pero es alguien que a pesar de tenerlo “todo” no esta contenta. Cuando la muerte encuentra a alguien así lo primero que hace es ofrecerle llenar ese vació. Y eso es lo que le ha ocurrido a Scarleth, ella ya no es dueña de su alma y menos de su vida. Ahora es manejada por la muerte o “demonio” , pero claro eso es algo que nadie sabe y pobre de aquellos hombres que caigan en tan buen cuerpo. 

 

Audición:

 

28 de agosto, cuatro años atrás-Moscú.

 

—   ¿Tienes una maldita idea coherente en esa cabeza Scarleth? ¿No entiendes que tu madre se fue con un tipo y nos dejó a los dos solos?

 

Scarleth miró a su padre con rabia, se imaginó alrededor de ella una nube de humo expandiéndose hacia su padre. Y de pronto explotaba y lo enviaba lejos. Tan lejos como su madre. ¿Cómo iba a creerle que los había dejado por un hombre? Seguramente, los dejó por culpa del sujeto que tenía en frente, al que llamaba padre todos los días.

Cuando llegaba a casa después de una larga tarde en  la Universidad, se encontraba con objetos desparramados en el suelo, y un coro haciendo eco sobre las paredes, permitiendo oír los disparates que vociferaban entre los dos. Se había acostumbrado, y lo había hecho parte de su vida. Pero las cosas cambiaron cuando su madre escapó. Se sintió mejor cuando  “se liberó”, del monstruo de esposo que tenía, pero no la había tenido en cuenta a la hora de tomar un avión a Estados Unidos. Ahora Scarleth luchaba por convivir con un hombre, al que últimamente llamaba Dima, y se negaba a llamarlo padre.

 

—   ¡El que tiene que tener una maldita idea coherente en esa cabeza eres tú! Mamá nos dejó por tu culpa, por tu comportamiento de desgraciado. ¿Por qué tenías que venir cada madrugada para golpearla? ¿Era necesario recordarle que mi nacimiento fue una pérdida de tiempo en su vida? ¡Yo escuchaba! — gritó, sin medir el volumen elevado que había programado su corazón. No se atrevió  a mirarlo a la cara, ¿para qué? ¿Para verlo reír de sus palabras? ¿Para ver como se burlaba de su propia hija? Reprimió las ganas de mirarlo y se encaminó hacia la puerta de salida. Le recordó la dolorosa ida de su madre por la misma puerta, donde había dejado asuntos sin arreglar con ella.

Pero su padre la sorprendió cuando la tomó del brazo y la empujó hacia la habitación de nuevo.

 

Scarleth por primera vez sintió miedo. No tenía a nadie que la defendiera, ni tenía la manera de calmar a la bestia de su padre.

—   ¿Crees que tu madre se fue por mi culpa? Tienes una mala idea en la cabeza, tu madre se fue con un tipo como James, arrogante y de mala fama. ¿Crees que te dará la vida que siempre soñaste? Estás equivocada princesa, ese tipo no es más que una porquería para la sociedad.

 

Lo miró dispuesta a no perdonarle lo que acababa de decir. Ella quería a James, más que a su propio padre. Y le había demostrado que todo no estaba perdido, la entendía.  Si era cierto que tenía mala fama, que no tenía un trabajo ni una familia. Vivía en su apartamento, higienizado por ella cada vez que lo visitaba, solía pedirles dinero a las personas-y luego no tenía con que pagarles-, pero se las ingeniaba para robar dinero en otros lugares. Scarleth desde que lo conoció supo que era para ella, aunque tirara a bajo el concepto de hombre perfecto que tenía. Ella tendría que mantenerlo, darle de comer y vestirlo. Pero el le daba amor. ¿Suficiente?

 

Hasta ese día, todo lo suyo lo fue.

 

30 de agosto, cuatro años atrás-Moscú.

 

—   Scarleth, esto se ha acabado. Nuestra relación es una mierda. Quiero que te vayas.

No reaccionó bien ese día.

 

Actualmente, Sleepy Hollow.

 

Algo había cambiado en Scarleth. No supo si era su personalidad o sus curvas. Al mirarse al espejo se notó más hermosa, más viva. ¿Cómo nunca antes se había dado cuenta de lo bella que era?

Borró de la lista a sus curvas, perfectas y famosas entre los hombres. ¿Qué había de su personalidad? Últimamente no era dulce, ni con la gente que le caía bien. Solía enojarse por motivos que no comprendía. Miraba a los hombres con otros ojos, quería devorárselos como si nada.

¿Esa era ella en realidad?

No.

 

Meses atrás se encontraba sumida entre sus recuerdos. Lloraba cuando nadie la veía y prefería estar sola. James la dejó como un objeto, pero logró escapar de Dima. Llegó a Hollow curiosa, las noticias del pueblo habían captado toda su atención. Pero alguien había captado la suya.

 

¿Qué hacen los enemigos con personas acechadas por el dolor? Le ofrecen una solución. Un escape. Los engañan. Scarleth no fue una excepción, fue engañada hasta que perdió por completo su alma y su vida.

No puede negar que se siente mejor, que ningún recuerdo del pasado le vuelva a la memoria. Que todos los chicos la ven y la admiran. Que muchas chicas desean tener el cuerpo que tiene.

 

Caminó hasta acortar la distancia que tenía con el espejo. Estiró su mano hasta llegar al contacto con el. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda, la estremeció.

— Ahora eres mucho más que antes, te ordeno a que hagas tu trabajo.— se dijo y se sonrió a si misma — Tienes a muchas personas a quien dañar en este pueblo. Te doy la libertad de que lo hagas a tu gusto y manera. Pero hazlo. Recuerda, me debes la vida.