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1 de maio de 2022 às 00:24 42 views

👧👦MI INFANCIA👧👦

Mi infancia fue una de las cosas más bellas que me han pasado en la vida. No fue perfecta, pasé por muchas cosas no tan buenas, pero sin duda alguna, fue increíble y maravillosa. Y las cosas bonitas, superan por mucho las cosas malas.

Recuerdo que vivía feliz, veía siempre las novelas infantiles, me vestía de los personajes, bailaba y cantaba. Recuerdo que mi mamá, siempre nos vestía iguales a mi hermana y a mi, nos compraba la misma ropa, los mismos zapatos, nos hacía los mismos peinados, y cuando no encontraba ropa igualita, nos compraba el mismo estilo pero en diferentes colores. Desde entonces, mi hermana y yo andábamos de gemelitas, aunque le llevo 3 años.

Lo que más extraño de mi infancia es no tener preocupaciones, o sea sí, según yo me preocupaba por cosas en ese entonces, pero ahora, viendo todo desde la adultez, me doy cuenta que me preocupaba por tonteras, jajaja. Extraño que todo era un juego, de tener todo a mi alcance, de poder salir a jugar con mis vecinos y amigos de la escuela, de tener a toda mi familia conmigo, de poder hacer lo que yo quisiera, de que mi única obligación fuera ir a la escuela y pasar, aunque era toda una nerd, de jugar a las barbies, yo amaba jugar con las barbies, de hecho, dejé de jugar a las barbies ya grandecita, y cuando mis primas estaban chiquitas y las cuidaba, me ponía a jugar con ellas y yo feliz de la vida, jajaja.

Tengo tantos recuerdos y anecdotas bonitas y divertidas de mi infancia que no las contaré porque son muchas, demasiadas, pero si les puedo asegurar que me divertí mucho, me reí mucho, lloré mucho también, porque yo era bien llorona, aún lo soy, pero ya no lloro en público o al menos, me esfuerzo en no hacerlo, jajaja.

Creo que cuando crecemos, es cuando realmente apreciamos nuestra niñez, donde nos damos cuenta que éramos muy felices y no lo sabíamos. Desde que falleció mi abuelito, recuerdo mucho mi infancia, porque a pesar de que él toda mi vida estuvo súper presente, siento que recordar las cosas que viví con él cuando niña, es lo mejor, porque él me enseñó muchas cosas y aunque mi papá estuvo ausente en varios momentos de mi vida, mi abuelito siempre estuvo ahí, dándome la mano cuando lo necesitaba, me llevaba a la escuela, iba por mi a la escuela, me llevaba a pasear en su bicicleta, nos llevaba al rancho a ver sus huertas, a cortar fruta, a pasear, a "trabajar", ya cuando crecimos si nos llevaba a trabajar bien, pero antes, solo hacíamos como que ayudábamos. Recuerdo qué, me ayudaba con mis tareas y me enseñó a sumar y a restar, un señor mayor que ni si quiera terminó la primaria. Me regañó mucho a lo largo de toda mi vida, pero gracias a eso, ahora soy como soy. Y creo qué, ahora más que nunca, que ya no lo tengo, quisiera con todas mis fuerzas volver a ser niña para volver a pasar todas esas cosas de nuevo, hacerle travesuras como peinarlo y ponerle liguitas en el pelo cuando estaba dormido, cortarle los pelitos de la axila cuando también estaba dormido, de quitarle las botas cuando llegaba a la casa, porque nos decía que se las quitáramos, o cuando nos pedía agua y nos hacía que se nos cruzáramos de brazos cuando bebía agua por respeto a que él era mayor.

Fui muy feliz, sin duda alguna. Y siento que me ha pegado más este sentimiento en estos días por todo lo que el día del niño conlleva, ahora, trabajo en un preescolar y tuve la semana cultural del niño que fue una locura, pero una locura demasiado bella. Y siento qué, todos estos días, me ayudaron de una manera tan increíble a vivir de nuevo y no solo existir, como lo había estado haciendo, siento que reviví y pienso que en gran parte es gracias a los niños y a lo que conlleva ser responsable de esos niños, porque ellos son vida, felicidad, amor, diversión, juegos, inocencia, y creo que eso es lo bonito de ser niños y creo que no hay nada más bonito que sacar a nuestro niño interior de vez en cuando y volver a ser felices como alguna vez lo fuimos.