Mágica es la tarde
cuando llega el ocaso,
y las luces de los últimos rayos
cuando el sol se deposita
sobre el oro del mar,
y refleja sobre el cielo opaco
aquellas nubes que parecen jugar,
y las estrellas, recién encendidas
ya comienzan a brillar...
Dulce tarde del ocaso
cuando blanca en el cielo
la luna sale a pasear.
También el viento se detiene
y contempla con beneplácito,
ese cálido atardecer
que acompasa los latidos del corazón,
Es un mundo forjado de sueños,
fantasía de un nuevo palpitar,
esperanza de un mágico amor.
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