side_emmavanderbilt

9 de janeiro de 2015 às 11:34 47 views

 

●  Nombre Completo: Emma Cornelia Van Der Bilt

●  Edad: 25 años
●  Familia: Van Der Bilt
●  Avatar: Jenna Coleman
●  Ocupación: Pasante en la oficina del alcalde
●  Historia:
Emma es la única hija reconocida por la familia Van der bilt. Después de que Tripp –padre de Emma- saliera de la cárcel y decidiera darle la espalda a sus padres y tomar las riendas de su vida sus cuentas bancarias llegaron a cero y la única opción que consiguió, para financiar su vida, fue las apuestas y estafas, ganándose de esa manera una larga lista de enemistades y el exilio de Upper East Side. Su vida continúo en Europa conquistando a futuras herederas hasta conocer a Amelia una joven mesera londinense de una vieja cafetería inspirada en los años cincuenta. Los meses pasaron y tan rápido como el amor llegó al mismo tiempo se terminó dejando solo como producto a Emma.
Los padres de Tripp al enterarse tomaron el control de Emma queriendo que el futuro de ella fuera más próspero que el de su padre, al cual no volvió ver después del cumpleaños número nueve de Emma. Sus abuelos, una pareja conservadora velaron por el bien de Emma, más que nada en su ámbito escolar, pagándole las mejores escuelas, cursos e inclusive nanas que pudieran continuar enseñándole en sus momentos libres. Fácilmente destacó
en las escuelas de Londres dejando a sus compañeros atrás apasionándole la química, física, matemáticas y el teatro. Lo que redujo su grupo de amistades a solo una persona: Sarah Bach, una vieja mujer de origen alemán amante de la literatura barroca y la mitología griega sin contar su mayor amor: el vino barato de los mercados.
A pesar de la vida tan sobrecargada Emma nunca dudo en revelarse ante las estrictas órdenes que los señores Van der bilt, y cuando esté le dijo que estudiaría en la misma universidad que él cuando joven y la carrera que él veía más conveniente para ella: ciencias políticas; ella solo había asentido después de todo ¿cómo podría negarse? Después que ellos habían velado por ella y le había dado el amor que ella necesitaba, a su manera pero lo habían hecho. Pero al llegar a Manhattan, estaba decidida, sería su nuevo comienzo en su nueva vida.

●   Personalidad.
Emma no es la clásica chica que verías en Upper East Side, para conocerla tendrías que invertir una gran de cantidad de tiempo y más que nada de paciencia. No por ser de las chicas ruidosas que les gusta ir a toda fiesta que se haga en la ciudad, simplemente como dice que le gusta algo al instante podría cambiar.
Es conocida por su fortaleza e instinto maternal. Emma bien podría ser la madre mandona que te dice que no hagas esto o aquello, pero también es la que te cuida a toda costa y te ayuda cuando lo necesitas. Le importan en extremo sus amigos y haría cualquier cosa por ellos. Es una persona muy humana, pues le importan todos; cree que cada vida es esencial y nunca celebraría una muerte, incluso cuando se trataba de una persona mala. Emma creía en las segundas oportunidades, hasta que su padre la decepcionó tanta veces que dejó de creer. No deja que el dolor la defina, puede ver la luz cuando todo parece oscuro. Es una chica muy responsable, educada y dedicada. Cree que no hay tiempo que perder y es fiel creyente de no dejar para mañana lo que puedes hacer hoy.
Siempre sigue las reglas, excepto cuando no cree que sean correctas. Hay un lado rebelde en ella que se muestra cuando algo no le parece. No es el tipo de persona que se guarde lo que piensa, pero sabe muy bien cuando opinar y cuando no. Protege a los débiles, podrá ser pequeña pero te dará una paliza con sus palabras si es necesario. Aun así ella misma tiene límites, puede gritar cuando está muy enojada y olvidar que debe mantenerse tranquila. Cuando explota, es terrible, algo que no suele suceder pues Emma es ordenada hasta en sus sentimientos. Se le puede confiar cualquier cosa y nunca lo revelará. Siempre da sin esperar recibir algo, es muy generosa y justa. El problema con Emma es que es obstinada y terca, resulta muy difícil hacerla cambiar de opinión. Hay momentos en los que puede llegar a ser
perfeccionista, y si algo no sale como lo desea, puede enfadarse. No
soporta a la gente que molesta a los demás, ni los sobrenombres, y mucho menos los insultos. Defiende lo que cree cueste lo que cueste. Emma es valiente y se arriesgaría por los que ama, incluso si eso la lleva a la muerte. 

● Gustos.
- Mitología griega, su diosa favorita es Artemis, diosa de la caza.
- Adora tomar chocolate caliente por las mañanas.
- Pasar tiempo al aire libre.
- El teatro.
- Patinar, aunque no se le da muy bien.
- Una buena charla.
- Los disfraces.
- Cualquier tipo de animal.
- Las pistolas de agua
- La adrenalina de una campaña política.
- Andar en bicicleta. 

● Disgustos.
- Que le griten.
- El olor al cigarro.
- No tener nada que hacer.
- Los argumentos que se basan en groserías.
- Maltrato animal.
- Le subestimen.

● Extras:
- Siempre lleva consigo un viejo cuaderno cosido a mano con pasta de imitación cuero café, el que usa como diario desde hace pocos meses.
- Suele morderse el labio inferior para controlar su enojo y reprimir sus argumentos.
- Toca el violín, arpa piano.
- Su historia favorita es la de Artemis y Acteón.
- Su cuento favorito es el de Peter Pan.

● Audición:
Acaba de bajar del que parecía haber sido uno de los viajes más largos que había hecho en avión, su mente se había dejado llevar ante la nueva idea de vida que comenzaba a trazarse poco a poco, era su nueva vida y vaya que le agradaba como sonaba aquello, podría hacer lo que quisiera por los próximos años exceptuando las reuniones o visitas que tendría que hacer a sus abuelos, pero ya podía oler el dulce y embriagador olor de la libertad que le daría
Manhattan.
Al bajar del avión logro ver un cartel improvisado con su hombre escrito con múltiples trazo de un marcador que se negaba a pintar. Se acercó al joven que al instante le ayudo con su equipaje, bueno al menos ya podía tallar de su lista de cosas por hacer el encontrar un transporte que le llevará a su nuevo departamento.
Al llegar al sito era tal y como lo imaginaba, amplio con paredes altas con piso sintético semejante al de las canchas de baloncesto, con enormes ventanales que dejaban mirar la hermosa vista de la ciudad y con puertas francesas. Una amplia cocina a su lado equipado con todo necesario, dos cuartos, una sala de estar y lo que parecía un estudio, tenía que dar crédito a sus abuelos por el magnífico lugar aunque gritara el nombre de Philip, el amigo y diseñador de interiores preferido por la señora Van Der Bilt todo era tan blanco, limpio y pulcro. La idea de imaginar a Muffit raspando con sus garras el sillón blanco de la sala provocó una sonrisa en su rostro, ciertamente aún no tenía algún Muffit apenas se había planeado la idea de adoptar a algún perro del refugio para no sentirse sola. Sacudió su cabeza tratando de esfumar esa idea y volver a adoptar su postura sobre su nueva vida, se acercó a la ventana apoyando su mano en el traslucido cristal mientras miraba a la calle.