odinson

4 de junho de 2023 às 09:04 23 views

HOLA BUEN DÍA

PUES HOY DEJO ESTE ESCRITO

GRACIAS POR LAS

LINDAS FIRMAS

QUE TENGAN UN LINDO

DOMINGO,LLENO DE COSAS BELLAS

LES DEJO MUCHOOOS ABRAZOS

CUIDENSE MUCHO SI?

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   *JOSEPHINE* 
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  *The SᴛɪʟʟS*
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te he estado mirando desde que tenía 4 años Dean
estudiandote, tratando de ser mi hermano mayor
no hay nada que no haría por ti.
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salvar gente, cazar cosas, ya sabes el negocio familiar.
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D: no puedes elegir a tu familia
S: si,lo se pero puedo vivir mi propia vida
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★❤HERMANOS WINCHESTER❤★
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La maleta

¡OH! la maleta, esa dichosa maleta, de la cual me contaron
tantas y tantas historias, cuando aún era niño, esa maleta
que fue testigo, tal vez involuntario, tal vez voluntario
de una historia de amor, que superó todos los problemas
que uno pueda imaginarse. Mi abuela por aquel entonces
moza de diecisiete años, bien parecida, educada, de voz
dulce y mirada candorosa, de piel nívea y apenas
sonrosada por las palabras que chicos de su edad
solían decirle, ya que nunca hubo nadie que no se diese
cuenta de su hermosa belleza, sus ojos azules como el cielo
despejado, su cabellera rubia que siempre llevaba recogida
en un gracioso moño, le hacía parecer más alta de lo que era
mi abuelo, buen mozo de diecinueve años, moreno, ojos color café
una sonrisa que según me contaron traía de cabeza a más de una
mujer incluso casada y bien acomodada. Pero mi abuelo siempre
tuvo claro que en una relación siempre tienen que haber dos personas
no es de buen gusto hacer de mal tercio, así que amable mente
negaba cualquier invitación, incluso a conocer señoritas solteras
ya que solían ser hijas o sobrinas de esas mismas mujeres y sabía
que si las aceptaba terminaría siendo el mal tercio de todo, otro secreto
que mi abuelo guardaba como me contaron bajo siete llaves, como él decía
era que nació sordo, y nadie o pocas personas lo sabían, pero por suerte
aprendió a leer los labios antes de aprender el lenguaje de signos con unos
cuadernos que muy amablemente el cura de la parroquia donde lo bautizaron
le daba a escondidas, para que el resto de los niños no llegasen a saber nada.
Esa maleta que pugnaba por seguir escondida en el ático de su casa y que
por buena ventura para mí fui capaz de encontrar, cuando subí buscando
aquella caña de pescar que mi padre me regaló de niño y de la cual, no queda
ni rastro en toda la casa, pero que ha sido compensada con la maleta, oh bendita
maleta de la que tantas y tantas historias me ha contado, lo mismo que el día en que
accidentalmente mi abuelo tropezase con mi abuela, haciéndola casi caer ya que sus
reflejos felinos consiguieron parar su caída, ella lo miró como siempre sonrojada
era lo único que ya de por si aumentaba su belleza, mi abuelo como pudo se disculpó
ya que estaba bastante nervioso. Ella lo miró dulcemente y jamás volvieron a separarse
aun estando juntos cada día ambos se escribían cartas de amor, solo para recordarse
cuanto se amaban, mi abuela decidió ser maestra para enseñar a los niños, lo importante
que es el amor y con el paso del tiempo y el permiso de los padres les enseñó el lenguaje
de signos, como he envidiado siempre a mis abuelos, encontraron el amor gracias a una maleta
y yo, a punto de cumplir casi los treinta y cinco y sigo sin tener suerte en la vida,
me han contado que mis abuelos, jamás se separaron, ni en las buenas ni en las malas
y justo acabo de encontrar un cuadro que pese a lo que pueda parecer No pone
hogar dulce hogar, tiene bordado, cosa de mi abuela(cuando algo se rompe, se repara
si de verdad te interesa conservarlo)y le interesó, vaya que si. Juntos en la misma cama
con minutos de diferencia, recordándose cuanto se amaban, y con una sonrisa
ambos, se fueron como habían vivido, tomados de la mano, ahora sé que entre esas cartas
y esta maleta, he podido descubrir que el amor de verdad si existe.