alwayspotter
alwayspotter
Visitors

Today: 1
Week: 29
Total: 26.287

%AVATAR%

%LOGIN% %TIMESTAMP%

%COMMENT%

11 de julho de 2022 às 11:20 36 views

 

—Al contrario —replicó Moody con brusquedad—, tiene mucha
importancia. ¿Quién puede estar interesado en entrar en tu despacho?

—Supongo que algún estudiante —contestó Snape. Harry vio que le latía una vena en la grasienta sien—. Ya ha ocurrido antes. Han estado
desapareciendo de mi armario privado ingredientes de pociones... Sin duda, alumnos que tratan de probar mezclas prohibidas.

—¿Piensas que buscaban ingredientes de pociones? —dijo Moody—. ¿No escondes nada más en tu despacho?

Harry vio que la cetrina cara de Snape adquiría un desagradable color teja, y la vena de la sien palpitaba con más rapidez.

—Sabes que no, Moody —respondió en voz peligrosamente suave—,
porque tú mismo lo has examinado exhaustivamente.

La cara de Moody se contorsionó en una terrible sonrisa.

—Privilegio de auror, Snape. Dumbledore me dijo que echara un ojo...

—Resulta que Dumbledore confía en mí —dijo Snape, con los dientes
apretados—. ¡Me niego a creer que él te diera órdenes de husmear en mi despacho!

—¡Por supuesto que Dumbledore confía en ti! —gruñó Moody—. Es un
hombre confiado, ¿no? Cree que hay que dar una segunda oportunidad. Yo, en cambio, pienso que hay manchas que no se quitan. Manchas que no se quitan nunca, ¿me entiendes?

Snape hizo de repente algo muy extraño. Se agarró convulsivamente el
antebrazo izquierdo con la mano derecha, como si algo le doliera.

Moody se rió.

—Vuelve a la cama, Snape.

—¡Tú no tienes autoridad para enviarme a ningún lado! —replicó Snape
con furia contenida, soltando el brazo como enojado consigo mismo—. Tengo tanto derecho como tú a hacer la ronda nocturna de este colegio.

—Pues sigue haciendo la ronda —contestó Moody, pero su voz resultaba amenazante—. Me muero de ganas de pillarte alguna vez en algún oscuro corredor... Se te ha caído algo, al parecer.

Con una punzada de pánico, Harry vio que Moody señalaba el mapa del
merodeador, que seguía tirado en el suelo, seis escalones por debajo de él. Cuando Snape y Filch se volvieron a mirarlo, Harry abandonó toda prudencia: levantó los brazos bajo la capa y los movió para llamar la atención de Moody, mientras gesticulaba con la boca «¡es mío!, ¡mío!».

Snape fue a cogerlo; por la expresión de su cara, parecía que empezaba a entender.

 

 

Subscriptions with local payment methods

Unlimited photos

Subscribe to Meadd