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15 de janeiro de 2020 às 06:23 17 views
Neville estaba asustado, pero dijo: —Bueno, lleva siempre el mismo sombrero: alto, con un buitre disecado encima; y un vestido largo... normalmente verde; y a veces, una bufanda de piel de zorro. —¿Y bolso? —le ayudó el profesor Lupin. —Sí, un bolso grande y rojo —confirmó Neville. —Bueno, entonces —dijo el profesor Lupin—, ¿puedes recordar claramente ese atuendo, Neville? ¿Eres capaz de verlo mentalmente? —Sí —dijo Neville, con inseguridad, preguntándose qué pasaría a continuación. —Cuando el boggart salga de repente de este armario y te vea, Neville, adoptará la forma del profesor Snape —dijo Lupin—. Entonces alzarás la varita, así, y dirás en voz alta: ¡Riddíkulo!, concentrándote en el atuendo de tu abuela. Si todo va bien, el boggart-profesor Snape tendrá que ponerse el sombrero, el vestido verde y el bolso grande y rojo. Hubo una carcajada general. El armario tembló más violentamente. —Si a Neville le sale bien —añadió el profesor Lupin—, es probable que el boggart vuelva su atención hacia cada uno de nosotros, por turno. Quiero que ahora todos dediquéis un momento a pensar en lo que más miedo os da y en cómo podríais convertirlo en algo cómico... La sala se quedó en silencio. Harry meditó... ¿qué era lo que más le aterrorizaba en el mundo? Lo primero que le vino a la mente fue lord Voldemort, un Voldemort que hubiera recuperado su antigua fuerza. Pero antes de haber empezado a planear un posible contraataque contra un boggart-Voldemort, se le apareció una imagen horrible: una mano viscosa, corrompida, que se escondía bajo una capa negra..., una respiración prolongada y ruidosa que salía de una boca oculta... luego un frío tan penetrante que le ahogaba... Harry se estremeció. Miró a su alrededor, deseando que nadie lo hubiera notado. La mayoría de sus compañeros tenía los ojos fuertemente cerrados. Ron murmuraba para sí: —Arrancarle las patas. Harry adivinó de qué se trataba. Lo que más miedo le daba a Ron eran las arañas. —¿Todos preparados? —preguntó el profesor Lupin. Harry se horrorizó. Él no estaba preparado. Pero no quiso pedir más tiempo. Todos los demás asentían con la cabeza y se arremangaban.
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