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21 de abril de 2019 às 11:58 28 views
Dumbledore entró en el dormitorio, vestido con un camisón largo de lana y un gorro de dormir. Acarreaba un extremo de lo que parecía una estatua. La profesora McGonagall apareció un segundo después, sosteniendo los pies. Entre uno y otra, dejaron la estatua sobre una cama. —Traiga a la señora Pomfrey —susurró Dumbledore, y la profesora —¿Qué ha ocurrido? —preguntó la señora Pomfrey a Dumbledore en un susurro, inclinándose sobre la estatua. —Otra agresión —explicó Dumbledore—. Minerva lo ha encontrado en las escaleras. —Tenía a su lado un racimo de uvas —dijo la profesora McGonagall—. A Harry le dio un vuelco el corazón. Lentamente y con cuidado, se alzó Era Colin Creevey. Tenía los ojos muy abiertos y sus manos sujetaban la cámara de fotos encima del pecho. —¿Petrificado? —susurró la señora Pomfrey.
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